martes, agosto 12, 2008

CONSEJO IMPORTANTE

Desde hace varios años me he preguntado, ocasional pero reiteradamente, y ya en varias oportunidades, qué es lo que las personas deben hacer para dejarles algo significativo a sus descendientes.

Dejar algo para que no ocurra que el ego, la persona o personalidad propia, la humanidad nuestra: eso que nos hace sentir, pensar o decir: ese soy YO, llegue en definitiva a ser simplemente un detalle absolutamente insignificante en el trayecto a través del camino de las generaciones, de la línea genealógica de cada cual.


Creo que ello se debe a que de alguna forma, en la medida que el tiempo pasa, induce al inconsciente de cada uno de nosotros a que nos haga un tironeo de chaqueta. A que nos muestre con un gesto, con alguna señal de cualquier tipo. Con algo, en fin, que podamos percibir, de cualquier naturaleza, que nos advierta lo siguiente:


Amigo, date cuenta que el tiempo pasa, no te lo tomes tan a la ligera, piensa que posiblemente después no habrá nunca otra oportunidad, toma conciencia de ello y ponte las pilas, ya es hora de hacer algo para señalar tu presencia en el árbol genealógico... (de modo que al menos merezcas aparecer en él).


Entonces, con este pensamiento uno se estruja profundamente el cráneo para saber qué es lo trascendente o realmente importante que ha hecho o aprendido en la vida. Algo que de verdad sea digno de dejar como legado para las próximas generaciones. Y después de estrujarlo, en la mayoría de los casos realmente no encuentra nada de verdad relevante como para ello.


Y no es que uno no haya hecho nada medianamente importante, ni que su vida sea o haya sido tan pobre o despreciable. Tanto y hasta el punto que uno no tenga absolutamente nada que dejar.


No.

Por el contrario, uno puede haber tenido una vida sensacionalmente hermosa, plenamente satisfactoria, pero aún así no trascendente, y en consecuencia sin legado significativo. Simplemente la verdad de lo que ocurre es que resulta casi imposible haber hecho, pensado, planificado o imaginado algo que sea bueno y relevante y que realmente no haya sido antes hecho, pensado, imaginado o llevado a efecto por alguna otra persona de la humanidad.


¡Si son tantos miles de millones de personas que han estado pensando y actuando durante tantos miles de años!


  • ¿Para qué ha servido todo lo que aprendiste?

  • ¿O es que no aprendiste nada a lo largo de tu vida?

  • ¿No tienes nada que dejarle a tus hijos?


Entonces y en mi caso, luego de haber dejado registrado en otra entrada (post) de este blog, un texto que escribí después de un gravísimo accidente en automóvil que sufrí hace ya casi veintisiete años, en donde creí descubrir el sentido de mi vida luego de muy largos meses de agotadores y dificilísimos análisis mentales, llegando por fin a la conclusión de la necesidad de ser el mejor padre y esposo que realmente me fuese posible, y ojalá el mejor del mundo, con lo que conseguiría trascendencia, ya que los hijos e hijas aprenden a ser padres observando a sus propios progenitores y aprenden también de ellos a ser maridos y esposas, enseñanza que por réplica de hijos a padres y de ellos a sus hijos perduraría en el tiempo, me doy cuenta que las sensaciones de ahora son las mismas de entonces.


Deseo de trascender (?), pero no sólo en el sentido de procrear, que es el sentido instintivo de los seres vivos en general, sino en el sentido de las ideas, de las concepciones, de algo que uno haya concebido o pensado y que pueda ser dejado como una moraleja o consejo de verdad útil para el resto de la humanidad. Para el resto de los seres humanos que vienen después, para nuestros descendientes, para los que nos trascienden.


Y pensando en ello, uno se pregunta:


¿Qué tipo de cosas serán de mayor importancia para ellos, para los que vendrán, para otros que no serán básicamente diferentes sino iguales a nosotros y a los que fueron?. Y enseguida:


¿Qué tipo de cosas quisiera cualquier ser humano aprender?. Y a continuación,


¿Qué es lo que desea en general la mayor parte de las personas?, o dicho de otro modo, ¿qué es lo que quisieran todos los seres humanos?


Y viene la respuesta: Lo que todos buscan en esta vida (a lo largo de toda la vida de cada uno de todos los millones de seres que han sido y serán), es sin duda (¿adivinan qué?):


LA FELICIDAD.


Pero claro, no es posible dar un consejo que permita o produzca felicidad para todos quienes escuchen ese consejo, o legar algo que proporcione felicidad a todos los seres humanos de aquí en adelante, por el resto de los siglos.


Claro, de verdad eso es imposible.


Pero dentro de ese orden de cosas, siguiendo ese tipo de pensamientos, me parece haber descubierto en la vida algo que puede parecerse a ello.


No se puede ser feliz permanentemente, (o no todos pueden ser felices siempre). Sin embargo, cualesquiera grupos de ellos sí pueden estar contentos, al menos la mayor parte del tiempo, lo que será sumamente bueno si no es posible que lo logren permanentemente.


Para ello creo que tengo la receta: basta decidir firmemente que voy a estar contento, o contenta, es decir, content@.


Es una decisión que compete a cada uno, una decisión que en definitiva debo tomar yo mismo.


En resumen, creo que si no logramos la felicidad completa, pero conseguimos al menos estar contentos la mayor parte del tiempo, lo que es bastante similar y desde mi punto de vista plenamente satisfactorio, ya hemos obtenido el objetivo deseado. Por lo demás lo que planteo es algo absolutamente posible: se trata en definitiva un asunto de decisión propia.


Yo decido que voy a estar contento, y por lo tanto lo estaré.



  • ¿Por qué estás tan contento? podrán preguntarme.

-Porque sí.


  • Pero... ¿cuál es el motivo por el que estás contento?

-Por ningún motivo. Simplemente porque yo lo decidí así. Porque quiero estarlo. Porque se me dá la gana.


Aunque haya perdido la billetera anoche. Aunque esté resfriado, o incluso aunque esté realmente enfermo, voy a estar contento.


No estaré feliz si tuve una desgracia, pero podré sobrellevarlo mejor si así lo decido yo.


No me dejaré achacar. Estaré lo mejor posible. Incluso casi contento.


Pero tengámoslo claro: no estoy o estaré contento POR ello, sino PESE a ello.


¿Es eso una frivolidad?


¿Es un artificio inútil?


¿Es una estupidez?


Al menos para mí, NO.


Es la forma en que yo he logrado sentirme contento la mayor parte del tiempo durante los últimos veinticinco años de mi vida.


Y eso que nunca he sido rico, que es uno de los factores que habitualmente se consideran necesarios para ello. Ni siquiera me he acercado remotamente al concepto de riqueza.


Y eso que durante ese período se murió mi padre, mi madre y mi hermano mayor.


Y eso que tuve que separarme físicamente de mi esposa, a quien quiero mucho, para vivir en casas distintas.


Y eso que durante los últimos cinco de esos años me he puesto sumamente achacoso (o sencillamente achacoso no más) en la medida que han pasado los años.


Y eso que he bajado excesivamente mi nivel en el deporte, aspecto que cuando está presente suele ser motivo de alegría. (Al menos para mí lo era).


Y eso que me duele la espalda casi permanentemente.


Y eso que ya no soy capaz de resolver, ni siquiera acercarme a la resolución de un problema de matemáticas con la facilidad con que lo hacía cuando tenía la tercera parte de la edad que tengo ahora.


Y eso que etc., etc. etc. (y eso que muchos más etc.).



La Moraleja es la siguiente:



  • HAZTE EL PROPÓSITO DE ESTAR CONTENT@.


  • NO TE PREGUNTES POR QUÉ CAUSA: ES SIMPLEMENTE PORQUE TÚ LO QUIERES ASÍ.


  • MANTÉN PERMANENTEMENTE ESTE PROPÓSITO.


  • SI LO LOGRAS, ENSÉÑASELO A LOS DEMÁS.


  • SI NO LO LOGRAS, INTÉNTALO DE NUEVO, PERO CON MÁS FUERZA Y MAYOR VOLUNTAD.


  • ÉXITO. (Lo tendrás).